Volví a nacer cuando perdí el dolor de tus silencios,
cuando descubrí en el placer de tus miradas lo que
siempre enmarcaban mis sueños…

"En lo Hondo"
Gustavo GP

martes, 13 de marzo de 2012

Las Aventuras de Elliot -Prefacio- El Sueño

Esto que escribo hoy es el inicio de una serie de microcuentos infantiles que tiene como protagonista a Elliot, un niño de doce años, Espero que os guste.





Elliot vivía en una pequeña granja de la aldea de Wranstown, que debía su nombre al bosque junto al que se asentaba.
En ella estaban sus abuelos y su mamá.
Todas las tardes al volver del colegio, Elliot jugueteaba con los animalitos de la granja un rato antes de ponerse a hacer los deberes.
Luego, su mamá le dejaba perderse un rato por su lugar favorito, la casita del árbol, allí se refugiaba con los cuentos que alguna vez su padre le regaló. Se pasaba las horas muertas disfrutando de las aventuras de sus personajes preferidos, Gnomos, Elfos del Bosque, Gigantes y demás criaturas mitológicas.
Esa noche después de la cena Elliot se fue a dormir temprano y soñó que estaba en el bosque solo y la luz de la luna ya había oscurecido al sol. Tenía miedo, conocía esa parte del bosque a la perfección, pero algo no encajaba, algo estaba fuera de su sitio habitual y no sabía el qué.
Al intentar volver a su casa, una enorme y gris loba se presentó en el sendero y a Elliot le pareció que el corazón se le iba a salir del pecho.
A la loba no parecía inquietarle mucho la presencia del muchacho, olisqueaba el aire intentando notar alguna extraña presencia. A su lado, una figura alta de cabellos dorados.
-¡Un Elfo! ¡Imposible! Se dijo Elliot, los Elfos solo viven en los cuentos.
Dicho esto,  dio media  vuelta,  nervioso,  dispuesto a coger el atajo del riachuelo que llegaba directo a la granja del abuelo.
Al girarse, allí volvían  a estar las dos figuras, una junto a la otra.
-No temas, me llamo Dorian, soy el guardián de esta parte del bosque y aunque aun no lo sepas, tú ya me conoces. Esta es Lorcuff,- señalando a la inmensa loba-  mi compañera de viaje, no te hará daño.
Por este lado del Wranstown nunca llegarás a tu casa, por la noche el bosque es totalmente distinto a como lo recuerdas. Toma esto…
Le dio un pequeño amuleto de hueso.  Le  dijo que, cuando tuviese miedo, lo llamara, el colgante se iluminaría y le protegería. Recuérdalo, si se ilumina, es que yo estoy contigo, pero no lo uses en vano.
 Ahora él le acompañaría a su casa.
Anduvieron lo que le parecieron días, no sabía cómo se podía haber alejado tanto del sendero, pero ya le dijo el Elfo que de noche todo era diferente.
Era ya de mañana cuando Elliot despertó, contento y triste a la vez, contento por volver a estar en casa pero triste porque el sueño parecía tan real…
Al quitarse el pijama para ponerse la ropa del colegio, un colgante resplandeciente pendía de su cuello.



No hay comentarios:

Publicar un comentario