Volví a nacer cuando perdí el dolor de tus silencios,
cuando descubrí en el placer de tus miradas lo que
siempre enmarcaban mis sueños…

"En lo Hondo"
Gustavo GP

domingo, 20 de enero de 2013

Hijos de la Guerra

La lluvia se hace más fuerte, se confunde con las lágrimas que nacen en tus ojos. No deseas abandonar ese cementerio, solamente ahí encuentras paz, solamente ahí sientes que puedes hablar con él.  Le pides perdón, te sientes culpable, suspiras… lentamente te levantas, te secas un poco el rostro, observas débilmente la placa que lleva su nombre, la fecha de su nacimiento y la de su muerte. Demasiado pronto. Tú le animaste a ir a esa guerra contigo. Era tu amigo. Suspiras de nuevo, caminas fuera del cementerio, te preguntas si en este mundo lleno de violencia te caerá alguna bala a ti también. Quizás, solo será cuestión de esperar y ver qué pasa.  Sois los hijos de la guerra.

1 comentario:

  1. Por supuesto, no fuiste tú quien lo envió a la guerra, a la muerte. Fueron ellos, desde los despachos y los escaños. Fueron ellos, que están a cubierto de la lluvia, y no lloran.
    Abrazos.

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